domingo, 26 de julio de 2020

Las falacias que más verás en tu vida, desgraciadamente no son sobre los argumentos contraponiéndoles mejores, sino evadiendo la discusión sincera, y estriban más bien directamente sólo en lo personal.

Quiero que las conozcas porque sos una persona, y estoy advirtiendoté que recibirás desprecios más que contraargumentos.



"NO VALÉS": Falacia Ad Hominem: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de no poder discutirlos realmente, y preferir despreciar al otro. Esta es la falacia principal.

"SOMOS MAYORÍA": Falacia Populum: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de una supuesta razón implícita sólo por ser mayoría.

"ES UNA AUTORIDAD": Falacia de la Autoridad: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de una supuesta "autoridad", como si fuera infalible y a menudo siquiera sobre el tema del que se habla.

"MEJOR PENSÁ ASÍ": Falacia Baculum: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de una fuerza coactiva, es decir de una amenaza por sobre el argumento.

"NEGARSE A HABLAR": Falacia de la Elusión de la Carga de la Prueba: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de negarse sencillamente a valorar argumentos o contraponerles otros. "De esto no discuto", "No me importa qué argumentés.

"NO SE PUEDE SABER": Falacia Ad Ignorantiam: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de plantear una supuesta ley de ignorancia sobre temas, por lo cuál se desprecian temas e investigadores al mismo tiempo.

"DIJISTE OTRA COSA": Falacia del Hombre de Paja: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de atribuirle uno que el otro no tuvo realmente: obviamente más fácil de rebatir.

"NO ME PASÓ ASÍ": Falacia Anecdótica: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de una anécdota. "No creo que el cigarrillo haga tan mal... mi abuelo fumó hasta los 90".

"PERO SIENTO ESTO": Falacia de la Misericordia: aquí lo personal se coloca por sobre los argumentos, en función de emociones y sentimientos sin honesta eficacia e hilación con las razones argumentadas.